Salir a la montaña con amigos, compañeros o familiares implica una responsabilidad legal que en ocasiones se desconoce. En caso de que ocurra cualquier accidente fortuito, la persona que actúa como guía será la responsable legal que responda ante sus acompañantes.
David Tresaco, abogado de Alcázar Cuartero Abogados, es especialista en temas de montaña y nos advierte sobre salir a la montaña sin la figura de un profesional cualificado en una interesante entrevista para Cadena Ser en Zaragoza.
El verano es la época en la que más aficionados a la montaña “inexpertos” se acercan a ella animados por amigos, compañeros de trabajo o familiares, para disfrutar de diversas actividades como senderismo, barrancos o escalada. La intención siempre es buena y si todo va bien, pasarán un día divertido al aire libre en un ambiente incomparable. Sin embargo y por desgracia, no siempre las excursiones tienen final feliz. El 96% de las personas que salen a la montaña lo hacen por su cuenta, sin guías profesionales capacitados y conocedores del entorno. Por este motivo, es en la época estival cuando más crece la cifra de rescates en montaña en actividades más sencillas. Como indica David Tresaco, la montaña en verano se presenta más amable que en épocas invernales, cuando la nieve y las posibles condiciones más adversas atraen a personas más preparadas y conocedoras de la montaña. Por eso, junto a otros motivos, aumentan los accidentes y los rescates. Hasta el 30 de julio de este año, tan solo en Aragón, se han registrado 210 rescates en montaña.
Muchos de estos accidentes podrían evitarse con el simple hecho de acudir a un guía profesional, cualificado, titulado y asegurado correctamente, ya que ellos, como expertos, conocen el material, las condiciones y recomendaciones que se deben seguir en cada actividad que realicemos. Por tanto, en este primer punto reducimos notablemente los riesgos de salir a la montaña. En segundo lugar, si sucede algún accidente inevitable, estos agentes conocen los protocolos de actuación para atender a las personas, minimizar los daños y poner en marcha el rescate lo más pronto posible. Además de todo esto, cuentan con los seguros correspondientes para cubrir las eventualidades que puedan suceder dentro de la realización de su actividad profesional.
En el otro lado nos encontramos a aquellas personas que, aunque conocedoras en mayor o menor grado de la actividad en montaña, no son profesionales ni tienen la capacitación correspondiente, tampoco la titulación ni el seguro. Es en este caso cuando, siguiendo las instrucciones de la persona que más sabe o más experiencia tiene, el “experto”, todas las personas que le acompañan quedan bajo su responsabilidad. No solamente moral, sino también legal.
David Tresaco nos anima a disfrutar de la montaña y de todas las actividades que ofrece, recordando que nunca hay un riesgo cero. Por eso, recomienda reducir los riesgos controlables de la mano los profesionales es la opción más coherente.
Podéis escuchar la entrevista completa siguiendo este enlace: